Danza De Los Avelinos De San Jerónimo De Tunán

Danza De Los Avelinos De San Jerónimo De Tunán
Los Avelinos es una danza vinculada a las celebraciones patronales del pueblo de San Jerónimo de Tunán, en honor a los santos San Roque y San Jerónimo, el 16 de agosto y el 30 de septiembre respectivamente. Danza que rememora la participación de los pobladores de la zona en la Campaña de la Breña, durante la guerra con Chile o Guerra del Pacífico. Esta danza narra el accionar de los “huishuitos”, personajes disfrazados de mendigos que fingían locura por órdenes de Andrés Avelino Cáceres, con la finalidad de realizar labores de espionaje y obtener así información acerca del enemigo y sus planes. También refieren que el 16 de agosto de 1883, cuando el pueblo celebraba bullicioso y alegre la fiesta de San Roque, al mes y seis días del desastre de Huamachuco (10 de julio de 1883), aparecieron por el abra de Concepción, varios jóvenes extenuados, al acercárseles, descubrieron sorprendidos que eran sus familiares y paisanos; de los 440 que salieron, solo retornaban unos cuantos sobrevivientes, con ropas raídas, descalzos y hambrientos, pero orgullosos de ser soldados de Andrés Avelino Cáceres. Es entonces que reunidos en el barrio Huando los jóvenes sobrevivientes Esteban Inga, hermanos Pascual y Manuel Meza Maula, Martin Inga Pomalaza, Faustino Meza Calderón y Nicolás Cangahuala Sánchez, acordaron organizar una cuadrilla con características propias y participar en las fiestas patronales. Cabe mencionar que estos gloriosos guerrilleros, agrupados en el Batallón 10 San Jerónimo, participaron en la 1ra. batalla de San Jerónimo llevada a cabo en el paraje Huaychulo, un 4 de febrero de 1882, en la que salieron victoriosos los jeronimenses, así también estuvieron en el asalto de Concepción un 9 de Julio de 1882, en Tarma Tambo y Santa Cruz 15 y 16 de Julio de 1883 y en la batalla decisiva de Puca Pachas, en territorio de San Jerónimo, para terminar su participación el 10 de julio en la batalla de Huamachuco, dando lugar al nacimiento legendario de los Avelinos.La danza habría surgido finalmente en el año 1908 y consolidado en 1912 con la fundación de la Sociedad de Auxilios Mutuos San Roque, asociación cultural que vela por la continuidad de la manifestación y cumple fines sociales en beneficio de la población chalaysanta.La vestimenta consiste en pantalón y saco de los que penden cintas de tela negra, marrón, azul marino o multicolor de acuerdo al lugar; cubren el rostro con una máscara de lana o pellejo, resaltando una nariz roja larga; un sombrero desarrapado; una vieja manta denominada “quipe” donde cargan blancos y finísimos manteles portando sus utensilios en miniatura para el convite y distribución de los potajes, calzan zapatos negros, algunos usan ojotas; llevan dos mantas, una nueva que atraviesa el pecho y la otra viejísima que utilizan para torear. Vestuario llamativo y sencillo, con apariencia harapienta, que los lugareños llaman wishuitos o sucios y sudorosos.La danza es de coreografía libre y sus pasos son sencillos, con un balanceo rítmico complementado con un desplazamiento libre en comparsas a modo de pasacalle. El “shacteo” es uno de los momentos más hilarantes pues es allí cuando cada danzante sirve comida y bebida en diminutas vajillas y copas a las autoridades y asistentes a la fiesta. Pueden servir potajes a base de cuye, cerdo, pollo, entre otros, el personaje que sirve el plato bromea con el comensal e imita los sonidos onomatopéyicos de los animales sacrificados para la preparación del manjar. Inicialmente bailaban con huacrapuco (cacho), arpa y tinya (pequeño tambor). En la actualidad los acompaña una orquesta típica, siendo la más famosa las Águilas de San Jerónimo de Tunán del maestro y compositor Vicente Saquicoray que hizo famosa y popular la melodía de los Wishuitos y Chalaysantos. La danza, es jocosa, satírica, de ritmo impetuoso; con una particular combinación de pasos que brinda por momentos la sensación de alegría y luego varia por tiempos dando momentos nostálgicos.